Mapa doméstico

Mapa Doméstico

Curaduría Silvia Llanes

Galería Latinomericana
Casa de las Américas, La Habana. Cuba.
2018


Cómo Nosotras Construimos Nuestro Mapa

PH: para esta exposición me he propuesto la tarea de trabajar en función de los espacios, la distribución de la galería me sugirió algunas cosas que estoy planificando especialmente para esta muestra. El título de la exposición es MAPA DOMÉSTICO, en principio porque la idea de generar un mapa al trabajar con una cartografía definida como un plano arquitectónico me llamó fuertemente la atención. Me interesa por dos temas que en mi trabajo son centrales y que están fuertemente ligados a las preguntas sobre el espacio o lugar de la mujer en nuestras culturas, el ámbito privado – doméstico y la casa. La idea de que la casa se considera un espacio femenino quedará expuesta.

SM: ese sería el mapa, el plano original que has dibujado de la galería, con las medidas, la ubicación de las piezas, las anotaciones, debe aparecer en alguna parte, aún no determino como, quizás en el catálogo. Ese plano inicial es el documento conductor, la idea primigenia. Me gusta incluso como dibujo. Como génesis de la exposición. Resume las ideas que tuvimos claras desde el principio, la de mostrar piezas de diferente factura, pinturas, calados, cerámica, libros-objetos… es decir tomar los conceptos que conforman la exposición y verterlos en diferentes soportes. Es el mapa de una idea que se va esparciendo y penetra toda la galería. No tendrían que ser todas las obras nuevas, hechas para la muestra, creo que estará bien poner a dialogar obras que ya estaban, incluso piezas expuestas con anterioridad y encontrarle su lugar en este nuevo contexto, es decir hallar su lugar en este mapa y mostrar la continuidad de los criterios que has estado trabajando.

El nombre de la exposición y lo que simboliza deberá estar expuesto desde el inicio del trabajo. Creo que la selección de la pieza “Bonita II” y la forma en que la has trabajado, es ideal para explicar esta idea. El cuerpo de la niña está dando casi todas las claves, primero las líneas que cubren la silueta, tatuadas, dibujadas, trazadas sobre el cuerpo, están hablando del binomio cuerpo-mapa y haciendo alusión a la exploración, al viaje. El viaje en muchas culturas tiene una simbología de búsqueda y liberación, de transcurrir por la vida y superar los problemas (ya me dirás que otras veces he escrito sobre esto, pero es que probablemente la idea del viaje como símbolo de un proceso de iniciación y búsqueda del perfeccionamiento personal, el viaje como proceso espiritual, me obsesiona un poco). Con “Bonita II” tenemos el mapa, el anuncio de que esta especie de peregrinaje tendrá una guía (el propio mapa) y este es el cuerpo femenino; al centro está la casa, en el ombligo del cuerpo, así desde el propio mapa estás anunciando de que este viaje –la exposición, las obras, tus exploraciones personales– está íntimamente ligado a un “asunto de mujeres” a lo que se supone que sea su mundo, su territorio. La complejidad del trazado de la pieza sugiere el verdadero sentido de esta: el cuerpo cartografiado, la casa –con su dualidad de emporio y cárcel– al centro, y el árbol superpuesto, con sus raíces esparciéndose por la falda, en la zona de la matriz, la vagina, la fuente de la vida, y los retoños subiendo, penetrando la casa, atravesando el corazón, para convertirse en ramas fuertes en toda la zona de la cabeza y sobre esta, la rama que sale del cuerpo.

Todo el mapa recorre el cuerpo y lo excede con esa pequeña, frágil y a la vez independiente y libre rama que supera la superficie de la cabeza. Es un símbolo muy positivo, y aunque te dije que era un “asunto de mujeres”, creo que finalmente atañe a todo ser humano, encontrar una guía en el propio cuerpo, en la mente, emprender el viaje personal y superarse…liberarse.

Tendríamos que privilegiar esta pieza en la muestra… encontrarle su lugar en el trazado museográfico, que se entienda como eje conductor, en su carácter doble, de génesis y resumen. También porque alude a muchas de las imágenes que sustentan tu práctica técnica: el dibujo, el grabado, los calados, la fotografía familiar. (¿Quién no tiene una foto así, de pie, una niña mirando el mundo, a punto de empezar su viaje por la vida?)

PH: En la zona 1, quiero instalar en lo que el plano describe como banco, dos paneles de acrílico con trabajos en papel, dibujos que generen una especie de ventana que tenga calados y capas, que además tenga la posibilidad de ser transparente y se pueda ver desde ambos lados y así conecte los espacios de la galería de una manera distinta.

SM: Vamos a organizar estas soluciones museográficas, primero no me gustaría hacer una casita, quizás eso podemos dejarlo para otra exposición, en otro tipo de galería (¿ves?, todavía no hemos terminado esta y ya estoy hablando de otra exposición!). Como estuvimos pensando, la muestra es un recorrido, una exploración. Las imágenes del banco van a ser las primeras que el espectador vea – incluso antes de ver “Bonita II” – estas son imágenes muy significativas, funcionan como pórtico e ingreso al viaje. Me parece muy bien la idea de que sea una zona traslúcida, y no una separación entre las dos partes de la galería, esta solución refuerza la idea de las ventanas, un espacio para ver a través, como incisiones en el discurso expositivo, como practicar hendiduras, la solución formal de la abertura conecta toda la muestra y la sensación de continuidad, de recurrencia, de insistencia en el discurso, permite además ver el conjunto como un macrotema, pero sugiere el recorrido por diversas estaciones; esto estaría dado por la ubicación de las otras obras que serían entendidas como estaciones de reflexión en el viaje. La galería como un universo, un trayecto.

Si al colocarlas, proyectan este efecto, dejamos las “ventanas”, si no resaltan esa sensación, dejamos el banco vacío y pasamos directamente al título de la muestra y pensamos otra vez la ubicación de “Bonita II”. También está la pared de la entrada, habíamos hablado de un texto, “pintado”, es decir puedes escribir ahí, incluir tu grafía personal como una obra, porque los textos son un recurso que repites ¿y si lo sacamos de la pintura? ¿Y si convertimos la solución puramente gráfica – sin imágenes-  en otra obra?

Por cierto, el diseñador está proponiendo el título de la muestra en rojo, sobre la pared gris, me ha parecido ideal, pero no voy a abrumarte con la simbología del color rojo y su significado en relación con el cuerpo femenino, cuando esté terminado el montaje, será evidente.

PH: En la zona 2 serán varias piezas pequeñas, el montaje a manera de constelación lo podremos resolver en la sala con las piezas ahí, son dibujos y calados en papel. Será una especie de constelación de recuerdos familiares como se encuentran en las casas, recuerdos que pasan a formar parte de una estructura de la memoria, pero que lo que hacen es remarcar la idea de la ausencia.

SM: Ahora estoy mirando la guía de las obras, supongo que te refieres a la serie de recortables. Finalmente lo compondremos en la sala, pero sobre el diseño que me presentaste, me parece muy bien el carácter de la obra y la ubicación en la muestra, esta es una estación donde convergen el intimismo y la exhibición de la memoria, exactamente como sucede en muchos hogares, un intento –supuestamente femenino– de crear una especie de altar a los recuerdos, la manera doméstica de posesionarse de momentos de la vida (del viaje), un lugar de seguridad. Este trazado de relatos es una especie de atrapasueños, el rincón de culto a la nostalgia, por eso el efecto de ausencia que provocan. Es casi una inflexión obligatoria en el mapa doméstico y como en toda casa, está expuesto a la entrada, es la tarjeta de presentación de la familia, y en este caso, la tuya propia, mostrando las diversas soluciones formales que empleas.

PH: En la 3 pensé en crear un ambiente generando una pequeña instalación que sugiera una situación cotidiana que evidencia el papel culturalmente asignado a la mujer, una pequeña mesa con piezas de cerámica, quizás un televisor con un video, un cuadro y unos grabados al fondo en el panel de madera. Los aires acondicionados se podrían integrar como parte de la instalación.

SM: Aquí vamos a ver que nos dice la galería, en principio me parece bien crear un ambiente, darle un carácter instalativo, pero no estoy del todo de acuerdo contigo en usar los paneles de madera e incluir el espacio de los aires acondicionados. Hasta la zona de la pared me parece muy bien, especialmente por la dimensión de las piezas que vas a colocar allí y porque es una zona muy íntima de la galería, un lugar donde el público se detiene, y las piezas que estarán allí son muy fuertes. Mirando las imágenes (especialmente la de la mosca y la cabeza en el plato rojo), he pensado en el texto de José Manuel Noceda y esa afirmación de que puedes “… parecer ingenua y cándida, pero a la vez resultar todo lo contrario, perversa, visceral e incisiva…”. Visualmente son piezas fuertes, aunque puedan parecer tiernas y candorosas, las líneas ascendentes de los cabellos femeninos, la libertad del movimiento del pelo y todo aquello en que se transforman, remarcado con las ramas, las aves, habla del escape, de desamarrarse y de salirse de la norma, de un discurso de oposición a lo establecido, no son mujeres precisamente dóciles. Y van a estar ubicadas en un espacio donde es necesario detenerse, creo que es la mejor colocación posible.

Frente a estas piezas estarán las cerámicas. En este particular, si me gustaría hacer un montaje diferente, sería partidaria de instalar las cerámicas sobre una especie de mesa, con mantel incluido, buscar la referencia artesanal –un poco tradicional si se quiere, pero no exactamente– en las texturas, en el color del mantel, en el diseño de la mesa, pero sin quitarle protagonismo a la cerámica, que colocaríamos juntas, como una mesa servida, lista para ser consumida. Pero allí no habrá una vajilla inocente, especialmente si se piensa en las cucharas y esa que tiene espinas. ¿Cómo se come está historia? Incluso llevando un mapa resultan difíciles algunos parajes del camino, no siempre una mesa servida es sinónimo de servilismo, el espectador se va a detener y tendrá que pensar en los usos de los objetos que estará observando, desde la cuchara hasta la mujer, es una estación fuerte y el enlace perfecto para la próxima zona.

PH: En los espacios 4, 5, 6, 7, 8 y 9 irán pinturas. Una de las piezas centrales es el cuadro ¿Qué cocinaré? (8) Es la imagen de una mujer en una supuesta pose condescendiente, glamorosa y publicitaria, ornamentada por un fondo de flores a manera de papel tapiz, con una etiqueta que contiene esta pregunta (estoy pensando todavía si poner algún tipo de banner o un vinil de flores decorativas a la pared donde estará colgado). Es el inicio de una serie de pinturas que responden a esta pregunta. Trabajé retratos con etiquetas y nombres de platos de comida (7) y (9). Retratos femeninos que se muestran evidenciando la obligada postura digna de algunas mujeres ante la servidumbre, parecen además ofrecerse ante una pregunta que las limita a las necesidades y deseos de otro, sometidas ante un ejercicio de autoridad que va provocando como respuesta una ‘pose’ ante la etiqueta que contiene una pregunta, las que solicitan un quehacer doméstico o una labor para un plato de comida. Las demás piezas con retratos femeninos que conforman la serie responden a este deseo (4), (5) y (6), pero tienen quizás como por contraposición a las otras, una postura de empoderamiento ante esto.

SM: Esta zona hay que trabajarla con especial cuidado, específicamente porque hemos incluido en el catálogo el texto de Jorge Villacorta Chávez, eso indica la importancia que le estamos dando a la pintura dentro de tu discurso. Pero las pinturas son quizás las piezas más evidentemente críticas de la muestra, hasta ahora al espectador-viajero le debe haber ido muy bien con el mapa, incluso en las situaciones definitivamente espinosas, ha ido avanzando y seguramente entendiendo y de pronto tiene que enfrentarse a estos rostros desmesurados y hasta amenazadores. “Está muy fría” y “Está muy caliente”, no son piezas fáciles, aquí te has desprendido de las insinuaciones y es el momento en que eres directa y nada condescendiente; si entre ellas colocaremos el díptico “Que sepa cocer, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para salir a jugar”, ya todo está dicho y la puerta está abierta. Es una oposición expresa a la asignación de los roles tradicionales femeninos, es el momento del portazo, del ruido, del estruendo y está acentuado con los grandes formatos. No se trata de una amenaza en sí, sino de una toma de posición y es una posición de poder, no hay fondos floridos, no hay vestidos sensuales, todo lo que pudiera suponerse superfluo lo has eliminado en función de estas cabezas que dominan el cuerpo y sus ornamentos.

Hablaba de criticismo en el conjunto, acentuado por el efecto de las pinturas restantes, directamente las piezas ubicadas en las zonas 7, 8 y 9. Aquí estás plantada en modo irreverente, y creo que no hay otra manera de interpretarlo. Si bien usas la referencia a las poses que las mujeres tienen que adoptar en aquellos espacios a los que son destinadas, es evidente la ironía con que asumes el asunto. La dama del “Tallarín rojo”, distante y de mirada impenetrable, rodeada de un halo de ramas y resguardada por pájaros, la seductora de uñas pintadas que pregunta “¿Qué cocinaré?” y la sonriente actriz de cine que ofrece “Lomo saltado” resumen sarcasmo, sus rostros verdaderos no los podemos ver, en ese universo femenino donde están condenadas a permanecer, han optado por colocarse una máscara y resultan inequívocamente alarmantes, porque es evidente que sus máscaras son armas de resistencia.

PH: Las piezas en el 10, son un dibujo sobre una tabla de planchar acompañado de dos pinturas con muñequitas y vestidos.

SM: Ese es el tríptico “Con esta si, con esta no”, y ese juego entre planchar y coser, ¡está muy bien colocado en relación con toda la carga de ironía de las piezas que lo preceden!

PH: En el 11, podemos instalar una mesa o un pedestal para poner los libro-objeto.

SM: Preferiría buscar un soporte donde podamos desplegar el libro, que se vean bien las ilustraciones y la precisión de los dibujos y los calados, si no usamos ni cristal ni acrílico que lo encierren podrá verse mejor el efecto de los collages.

Si la elección final para esta zona del libro-objeto es la pieza “Miedo”, me gustaría desplegarlo por la parte en que está la figura de la niña saliendo de un círculo y luego mostrar bien la zona del círculo calado. Esto sería por la repetición de la forma circular, que ya está en las pinturas y ese efecto que el círculo crea en la historia contada en el libro. El círculo condiciona la relación de encierro y a la vez de apertura y desde el principio estamos hablando de crear ventanas, hendiduras para visualizar los conceptos de la exposición ¿Esta es una historia de miedo?, o se trata de romper el círculo, de escapar de lo designado y salir, posiblemente por la puerta que dejamos abierta antes…

PH: El 12, es una serie de fotografías impresas en papel de algodón que están intervenidas o dos series de dibujos y collage con textos.

SM: Y se despliegan por toda la pared frente a las piezas que están en el banco y la porcelana, habría que pensar si el banco finalmente no se interviene, el protagonismo que tendrían las piezas, igualmente si están detrás de la zona traslúcida serían el enlace con la zona 14, justo antes de esa intervención. Resultaría un gran políptico y el área únicamente dedicada a fotos intervenidas o a los dibujos, aunque este recurso lo usas en otro de los polípticos, sería volver al recurso de la dualidad presencia-ausencia, los dibujos encuentran mucha continuidad en los objetos con porcelana me parece más fuerte la conexión que con la fotografía.

PH: El 13, es un díptico en calado y collage sobre cartulina.

SM: La pieza “Espejo”, un par de calados de mediano formato y finalmente aparecen las mariposas y las dos mujeres frente a frente. Similares y diferentes en muchos aspectos a los dos rostros ubicados en el espacio 5. Son más poéticas, pero su fuerza reside en la excelencia de los calados y el dinamismo de las líneas onduladas, y esa referencia que ofrecen las mariposas, símbolos del alma inmortal y la metamorfosis, la alusión al cambio, a la resurrección, la idea de un ser que se reinventa, cada vez que sale de la crisálida.

PH: En el 14, son piezas de porcelana para las que necesitaríamos o un pedestal, quizás una mesa pequeña, aunque veo otras soluciones para contenerlas que podemos ver en la sala, además me interesa su ubicación en comunicación con los dibujos y las ventanas de la zona 1. Veo más conectadas estas piezas a los dibujos que a las fotos.

SM: Ubicaríamos “Cuando no esté” y “Ven” sobre un pedestal blanco, son piezas pequeñas y necesitan un espacio que las contenga sin que pierdan visibilidad. Sería la segunda zona donde pondríamos cerámicas, igualmente con o sin una cobertura, pero las fijaríamos para asegurar la estabilidad de la obra. También se podrá ver la diferencia entre la cerámica con la técnica heredada del mingei y esta porcelana dibujada.

PH: En el 15, tengo dos opciones a y b. La a un cuadro grande, mide 210 x 200 cm o la b, un díptico de medidas similares.

SM: Va a ser muy difícil decidir entre “¿Eres tú, cariño?” o el díptico “Estaba decidida a no dejar su cuerpo”, si hubiera que escoger, creo que vamos a coincidir con el díptico, porque posee la fuerza necesaria para cerrar la exposición, es una pieza de mucho poderío, y resume los conceptos de toda la muestra. Este retrato doble es el colofón que necesitábamos para culminar la exposición, con estas mujeres sobredimensionadas, y coronadas con estas estrellas verdes, y sobre todo con su desconcertante decisión de no dejar su cuerpo.

PH: Finalmente, el 16 es un dibujo, collage y calado sobre cartulina.

SM: ¿Te refieres a “Bonita II”?  Ya hablamos de cambiarla de lugar… de dejar que sea quien inicie la muestra, la idea del mapa al principio de todo…

Al final me pregunto si termina siendo solo una exposición de carácter autorreferencial, o sobre los posibles retratos de una historia personal o familiar. Aunque no creo que se entienda así, o no solamente. Todo el viaje es una conducción al redescubrimiento interior de la mujer, aquí si se completa la idea de viaje-búsqueda-sanación y sobre todo, la expresión del cuerpo, los gestos, los rostros de mujer frente a los vestidos impuestos y los lugares que decidieron que serían sus territorios. Estas mujeres han viajado para desprenderse de los estereotipos, no para amoldar su cuerpo al deseo ajeno o a los diseños establecidos, sino para cambiar la máscara por el cuerpo desnudo, para dejar de usar el cuerpo ajeno y reivindicar el cuerpo propio.

PH: Este proyecto va a reunir una serie de obras que describen a partir del ámbito de lo privado, teorías, ideas y cuestionamientos de manera que compongan una geografía o cartografía de lo vivido, que cuestione los roles impuestos y la condición femenina. ¿Me gustaría saber si tú todavía estarías animada a escribir al respecto?

SM: Si pienso que sí, pero vamos a hacer la exposición primero ¿te parece bien?

Patssy Higuchi / Silvia María Llanes (Con Alexis García)

Febrero 2017- abril 2018